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SOBREVIVIENTE DEL AGRO

Actualizado: 23 sept 2020

Estamos ante la presencia de este gobierno, o mejor llamarlo Narcoestado, ya que este país se está hundiendo en la miseria, en la pobreza y en el narcotráfico. Observamos como ellos se sacrifican por nosotros, nos llevan la comida que cosechan, pero el gobierno no quiere prestarles atención.


Desde que la agricultura en Colombia se partió en dos durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, los campesinos no tienen confianza en el Estado. Ven como son discriminados y atentan contra sus vidas, tal como ha estado pasando desde que Álvaro Uribe Vélez llegó a la presidencia de Colombia en el año 2002 y como su "gobierno" atenta contra ellos hoy en día. Campesinos humildes que han perdido a sus hijos cuando Uribe y el Ejército Nacional los engañaban diciendo que les darían trabajo como cosechadores de café, y después aparecían vestidos como guerrilleros y con las botas al revés. El escándalo de los falsos positivos aún los persigue y sus fantasmas siguen exigiendo justicia desde el más allá y haciendo presencia ante los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz conocida como (JEP), y sus voces no quieren callarse.

Anotando y observando como los campesinos son humillados por un gobierno que no le interesa la agricultura, y quiere obligar al país entero a vivir del petróleo, del fracking y de la cocaína para así mantener su eterno poder. Verlos a ellos, desplazados por la violencia, por el conflicto armado, por las amenazas de los paramilitares y que piden limosna en la calle, han hecho que el ser humano caiga en la desgracia, en la arrogancia y en la misantropía por culpa de unos pocos.

Éramos grandes en agricultura y ahora somos grandes y siendo una vergüenza en el mundo, tachados como el país del narcotráfico ocupando el primera lugar en exportación de cocaína. El sufrimiento de los que han caído se refleja en los que han resistido en la cosecha de la comida que compramos, pero personas como Alberto Carrasquilla, que aunque su objetivo es destruir el país con sus nefastas acciones, tales como la reforma tributaria y su necesidad de destruir al pueblo con impuestos altos, han hecho que hasta el Ministro de Agricultura esté en total silencio con la crisis que ocurre actualmente.


Ahora en esta crisis, los campesinos son los que han dado la pelea en esta pandemia, ya que son los más afectados y son los únicos que no tienen opciones para descansar. Viendo la problemática actual, las protestas no quedaron atrás y ni aun así el gobierno se ha prestado para reprimir al pueblo, y al mismo que la policía esté disparando a quienes exigen la comida. Pero a ellos no le importa tela del bienestar, y prefieren preocuparse por la economía del país antes que la necesidad del pueblo.


Sin embargo, he observado durante toda mi vida como el Estado ha destruido las empresas pequeñas, el agro ya en un estado crítico en donde existían empresas de algodón, había productividad en el país, grandes cosechas donde el campesino es la persona que le da de comer a los ricos del país y ellos son pagados con desprecio, con expropiación a sus tierras, como el glifosato los ha macado con la consecuencia de adquirir cáncer en su cuerpo de por vida.


Cuando yo tenía catorce años, aprendí a sembrar arveja, y un vecino cosechaba curuba, tomillo, calabacín, habas, papayuela y papa y con eso dependía de su alimentación por varios días, en estos casos, meses. No todos pueden hacer ni depender de sus huertos propios, porque algunos tienen la característica de vivir en apartamentos, pero no significa que no puedan hacer aquella acción. Esto es un tema de supervivencia, pero también de adquirir la experiencia de tener su propio huerto urbano y aquellos que lo hacen, son felices con ellos aunque tengan que trabajar por sembrar su propia comida.


La situación de ellos no es fácil, porque los corruptos de este país prefieren estar arraigados a sus temáticas de vivir a través del narcotráfico, usar esas tierras cultivo de coca y el exterminio de esta misma luego de su recolección. Al gobierno no le importa la vida de los campesinos ni de los indígenas, en el caso del Cauca yo he observado como el conflicto armado los ha reprimido para quedarse con sus tierras, y esta práctica la ha defendido la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia Laserna.


Estas prácticas guerreristas, como yo le pondría, son en nombre de la muerte y en nombre de una guerra que el país ya no quiere tener en la actualidad. Personajes como Carlos Holmes Trujillo prefieren gastar el presupuesto del Estado en armamento, como tanquetas y armas, y no en atender al campesinado. De hecho, haciendo memoria en el año 2013 cuando el paro agrario se formó y le pedían exigencias al gobierno de Juan Manuel Santos, en ese entonces el presidente salió con esa famosa frase que lo inmortalizó en la memoria del sector agrario:

“Ese tal paro agrario no existe”

¿Lo recuerdan? Seguro que sí, pero siempre van a haber contradictores en este país miserable donde es más preferible vivir de la cocaína y de las mafias, a producir agropecuariamente el Estado. Esa propuesta la daba el hoy senador y líder de la oposición el señor Gustavo Petro Urrego, cuando estábamos en elecciones presidenciales del año 2018. Antes lo tachaban de loco cuando promovía la exportación de aguacate hass, y era más importante que el petróleo en sí.


El uso de exportar productos agrícolas debe ser prioridad para el país ya que se necesita reactivar la economía y pensar en recuperar los cultivos que han sido expropiados por personas inescrupulosas y sabiendo la situación que el país, esto es más importante que la necesidad de explotar el suelo para adquirir hidrocarburos que destruyen y corroen los campos, los bosques, las reservas y los ríos. Protestas, disturbios, manifestaciones y peticiones que el gobierno ha querido borrar con el ESMAD para imponer la dictadura que quieren y mantenerlo así por treinta años más.


Iván Duque engañó a este sector, diciéndoles que los ayudaría a restablecer el sector agropecuario, que el campesinado sería lo más importante en Colombia. Pero no, una vez más la oligarquía de extrema derecha que se niega a soltar el poder y queriendo hacer creer al país que ellos son la “salvación” de sus problemas, y hace ver a la oposición, actualmente a los sectores de izquierda como la destrucción y que ellos si llegan al poder, convertir al país en otra Venezuela. El típico pretexto de la secta del uribismo para argumentar e contra de sus opositores.


Analizando la situación, el campesino es la única opción que tenemos como país para salvar la agricultura colombiana. Es lo que tenemos que hacer, en nuestras casas para aliviar y calmar el hambre que actualmente sucede en la capital colombiana, y deben saber ustedes que para poder lograr esa hazaña, deben aprender a sembrar, cultivar y cosechar su propia comida, su propio alimento y es momento de que dependan de esto desde sus casas durante esta pandemia que ha afectado la salud mental de los colombianos. Bogotá no es la única ciudad que tiene esta situación, puede que salgan más y la crisis alimentaria empeore.


Pero lo que hizo en los últimos días la alcaldesa Claudia Nayibe López enviando helicópteros y desde esos mismos lanzando gas lacrimógeno a sus casas en Ciudad Bolívar, creyendo que así calmaría el hambre. Esta mujer no se ha mirado a un espejo, no sabe que está levantando a un león dormido ni tampoco le enseñaron a como ser persona, porque su gran ego la ha sobrepasado en muchos aspectos. Y aun viendo como estamos los bogotanos, la mayoría olvidó que somos descendientes de campesinos e indígenas.


Y no falta la persona o la familia que se crea de sangre noble y viva en el sur de la ciudad, porque esa persona se le debe dar clases de historia colombiana. Con esa carencia de argumentos, esas palabras hirientes nos afectan hasta el querer rompernos emocionalmente. Solo así podemos entender que debemos crear y pasarnos a tecnologías verdes y así progresar como sociedad, y como siempre están los mismos personajes con arrogancia defendiendo el fracking.


Lástima por esas personas ignorantes que creen que es más saludable vivir del glifosato a tomar 500 vasos de agua, ¿No es así Marta Lucía Ramírez? La excusa de un personaje que le gusta escudarse con los problemas del vecino país y que admite los nexos que su esposo tiene con un narcotraficante de alias “Memo Fantasma”. A duras penas, esta mujer es una mentirosa que no le importa el pueblo, sino vivir con crueldad humillando a todo el que le es diferente.


La insensibilidad de esta oligarquía hacia el campesino debe ser eliminada de la mente de estos personajes de cuello blanco que quieren vivir impunemente para que nadie los castigue. Claro, teniendo a su merced la justicia Colombia, incluyendo la Fiscalía, pueden vivir tranquilo; no obstante, todo eso para ellos no puede durar para siempre y viendo como ellos se ríen de los más pobres y como se dijo anteriormente, son humillados maltratados, y en el caso de los falsos positivos fueron torturados y luego asesinados. Por más que lo nieguen las cosas son como son, y usted colombiano promedio, el hombre en la antigüedad empezó a cultivar su comida para sobrevivir, preservar su supervivencia y la de su familia. Tenga en claro que nosotros descendemos de esos hombres que ustedes han manchado su memoria, avergonzando a todos los que ha defendido estas tierras.


Primero la productividad, primero la vida y luego los demás, pero a esos sectores eso les importa un comino. Por lo tanto, ustedes deben empezar a cultivar su comida y alimentar a su familia. Estando lejos del campo ustedes deben hacerlo, y les guste o no deben hacerlo. Porque esos consejos les van a perdurar el resto de su vida, solo deben de aplicarla, así que no esperen a que estos corruptos les ayuden porque no les hará caso.


Es su elección, afrontar la crisis que enfrentan ahora mismo, o morir de una úlcera de la que ustedes no podrán curarse.


Escojan.






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